Un día Alicia llegó a una encrucijada en el camino y vio al gato de Cheshire trepado en un árbol.
Hola minino—, dijo Alicia, —¿qué camino debo tomar?
¿Dónde quieres ir?—, preguntó el gato.
No lo sé—, contestó Alicia.
Entonces no importa qué camino tomes—, dijo el gato.
(Lewis Carrol, Alicia en el País de las Maravillas)