Nunca era después, siempre era ahora. Y ahora siempre estaba empezando a ser, y era un comienzo demasiado precioso, demasiado intenso y placentero y nuevo y especial como para desperdiciarlo con tonterías
Almudena Grandes (El corazón helado)
Nunca era después, siempre era ahora. Y ahora siempre estaba empezando a ser, y era un comienzo demasiado precioso, demasiado intenso y placentero y nuevo y especial como para desperdiciarlo con tonterías
Almudena Grandes (El corazón helado)