El hombre puede ser infinitamente cruel con su semejante. Puede ser cruel sin conocer al prójimo, sin haberle visto el rostro o sostenido su mirada. Puede ser cruel por decisión soberana y autónoma. como si ese prójimo no fuera un espejo.
Cuando destruye al espejo, se destruye a si mismo.
Mario Benedetti, «La Borra del Café»
Grande, Benedetti!
Realmente lo que damos lo recibimos, instantáneamente.
Un abrazo
Siempre lo fué….. Enorme!
¿Tú crees que lo que damos lo recibimos?…… no sé….. yo creo que en general no.
Bss