Nuestra sociedad esta regida por una burocracia administrativa, por políticos profesionales. Los individuos motivados por sugestiones colectivas; su finalidad es producir más y consumir más, como objetivos en si mismos.
Todas las actividades estan subordinadas a metas económicas, los medios se han convertido en fines; el hombre es un autómata -bien alimentado, bien vestido, pero sin interés fundamental alguno en lo que constituye su cualidad y función peculiarmente humana-. La maquina económica debe servirlo, en lugar de ser él quien esté a su servicio
(Erich Fromm, «el arte de amar»)