(…) Toby era un maleducado, y no sólo en la superficie, donde él equivocadamente pensaba que era donde importaba, sino en su interior, en su actitud hacia los demás. La buena educación depende de la atención que se presta a otras personas; requiere que uno los trate con absoluta seriedad moral para poder entender sus sentimientos y sus necesidades. Algunas personas, los egoístas, tienen tendencia a no hacerlo y eso se nota. Se muestran impacientes con la gente que no cuenta para ellos. (…..)
(…..) Que absolutamente miopes hemos sido al prestar atención a aquellos que piensan que la educación es una muestra de afectación burguesa, algo irrelevante que no se debe seguir valorando. Esta idea condujo a un desastre moral porque la cortesía es el componente básico de la sociedad civil. Constituía el método de transmitir el mensaje del respeto. Por ello toda una generación perdió una pieza vital del puzle moral y ahora nos encontramos con los resultados: una sociedad en la que nadie ayuda a nadie, y donde nadie siente nada por los demás; una sociedad en la que la agresividad verbal y la falta de sensibilidad son la norma.
Se obligó a parar. Era una linea de pensamiento que, a pesar de que evidentemente era correcta, la hacía sentirse vieja; como el anciano Catón cuando dijo: «O tempora, o mores!»»
Alexander Mc Call Smith (El club filosófico de los domingos)