Luz que nunca se extingue
» Te equivocas, sin duda. Alguna vez alcanzantus manos el milagro;en medio de los días indistintos,tu indigencia, de pronto, toca un fulgor que valemás que el oro puro:con plenitud respira tu pecho el raro donde la felicidad. Y bien quisierasque nunca se apagara la intensidad que vives.Después, cuando parece que todo se ha cumplido,te entregas,…