Historias del señor Keuner
» El señor K. contemplaba un día una pintura que representaba ciertos objetos bastante caprichosamente.-A algunos pintores -dijo- les ocurre lo mismo que a muchos filósofos cuando contemplan el mundo. Tanto se preocupan por la forma que se olvidan de la sustancia. En cierta ocasión, un jardinero con el que trabajaba me dió una podadora…